domingo, 26 de diciembre de 2010

La verdad detrás del Guadalupe-Reyes

Cuidado: Abstemios o católicos efervescentes, favor de abstenerse de leer este texto. Por su atención, gracias.

Esperábamos en el lobby la junta con el cliente; baboseábamos mientras tanto. Ahí, junto a uno de nosotros, estaba la mensajería del día. Ahí, en la mano de uno de nosotros, estaba un celular con cámara.

Así descubrimos la verdad detrás del mito, la razón por la que millones de mexicanos nos damos a la sana tarea de aligerarnos la vida con bebidas embriagantes del 12 de diciembre al 6 de enero: Ella existe.

¡No es una leyenda, no es una creencia pasajera! Guadalupe Reyes es y está; a ella le debemos millones de noches en las que surgieron amistades, se cerraron pactos de baba, se refrendaron amistades y hasta se dieron cambios de sexo.

¡Salve, oh dioses, la fortuna de nuestra deidad! ¡Salve, oh dioses, la grandeza de esta entidad adorada!

Lo más sorprendente para un borracho profesional es que el milagro se dio en la colonia Guadalupe Tepeyac, como se puede mirar en la imagen, así queda claro que el designio es divino, es una señal: Del 12 de diciembre al 6 de enero es tiempo de San Aldehído, patrono de los bebedores con convicción.

Eso sí, Guadalupe Reyes exige sacrificios, por lo que nunca debe faltarnos hielo en el refri, condones en la cartera, conductor designado y Alka-Seltzers para la misa de siete.

1 comentario:

  1. De todo, lo que más me llamó la atención es que el nombre de la calle es Sara, otro nombre bíblico. ¿Seguro que era una carta de Iusacell?, ¿no contendría más bien algún secreto de la biblia? Fácilmente podría hacerse un especial en History o Discovery al respecto...

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