lunes, 31 de enero de 2011

Calle con cicatriz queloide

Hay calles cuyas heridas cierran, pero no cicatrizan fácilmente. Me imagino que 20 de Noviembre, la avenida que pasa frente a Palacio Nacional, todavía tiene una rajada enorme provocada por la Decena Trágica y que lo que vemos en Reforma no son hoyos de cableado, sino la marca que dejó “a flor de pavimento” el sismo de 1985.

En fin, que en la imagen podemos apreciar el grave daño que sufrió esta calle de las inmediaciones de Coyoacán. Se le detectó hace muchos años un árbol, que es una especie de tumor benigno en este contexto, y fueron varias las cirugías estéticas que se le realizaron, sin embargo, el tumor permanece. Dejó huella.

De la misma forma en la que nos acostumbramos a las heridas en el rostro de la gente o que nos olvidamos de los accidentes epidérmicos en la mano que siempre tomamos de nuestra pareja, los paseantes han obviado la visible deformación a ras de suelo. Quizá ya no es posible imaginar una caminata por el barrio sin tener que esquivar el levantamiento agrietado, como no sería lo mismo ver de frente a Seal o a Joaquin Phoenix sin sus distintivos faciales.

Los seres humanos cargamos con traumas, dolores, rencores y amarguras; todas ellas cicatrices queloides del alma. Las calles también, las llevan sobre el asfalto.

sábado, 22 de enero de 2011

Por ahí se va la pipí de monje

Mientras las monjitas hacen rompope, los monjes hacen honores a los sacrosantos menesteres de los hombres, que por más castos y puros, tienen que hacer pipí. Resultado: Todos los monasterios, conventos y desiertos (así llamados en México algunos retiros espirituales de hombres de fe) tienen estas canaletas que sirven de desagüe. Este es el Ex Convento del Desierto de los Leones.

En esta imagen, medianamente poética y bucólica, se puede respirar la paz del recinto religioso a pesar de que no hay cruces ni altares ni santos ni imágenes. Es solamente el campo con un empedrado que limita el cauce de un riachuelo que servía, hasta hace 150 años, como “liberación de los pecados de la vejiga”, por decirlo de alguna manera. Árboles circundantes, una franja de pintura blanca al pie de los mismos y que parece santificar el escenario, hojarasca que recubre el empastado derredor… ¿qué mejor lugar para “sanar el cuerpo”?

Probablemente suene sacrílego al hablar de esto, pero al tomar la foto imaginé que pocos repararían en la parte más mundana de la escena, es decir, que es más fácil clavarse en la textura y dejar de lado las necesidades básicas de un monje, que primeramente es ser humano.

En fin, es una disertación cualquiera.

jueves, 13 de enero de 2011

Mi ex (mascota)

Rosario fue mi mascota por tres meses, no duró más. Pasó a mejor vida.

Ella era una escorpión Emperador muy educada, hacía el muertito para que le rascara la panza y traía el periódico, cosa pequeña para un perro, pero un gran logro para un bicho.

Debo ser honesto: Primero quise un cocodrilo, pero mi novia no me dejó porque lloran a cada rato, especialmente cuando comen. Y comen todo, a todos. Después deseé un rinoceronte, pero son un tanto bruscos y puede llegar a ser grotesco cuando se aparean, y como nuestra sala es chica, no podemos evitar notarlo. Tampoco se pudo un gorila, parece que son nerviosos, intempestivos y defecan donde se les da la gana.

Rosario fue siempre fiel, consciente, linda. No hacía el escándalo de un perro nervioso porque su egoísta dueño lo deja todo el día en casa, tampoco se iba de juerga en la noche como cualquier gato promedio ni parloteaba como loro. Eso sí, el espectáculo era dantesco cuando comía, pues había que darle grillos vivos que despedazaba, pero en México y a partir de las noticias del narco, es fácil habituarse a las imágenes sangrientas.

En fin, que hoy dedico mi post a Chayo; que Dios la tenga en su Santa Gloria a pesar de que a ella siempre le importará un pepino la religión. Curioso, acabo de entender porqué nos llevábamos tan bien.

lunes, 3 de enero de 2011

Borrachazo de Harry Potter

Las celebridades son seres humanos, están en riesgo y tienen el derecho de cometer errores, pero… ¿Harry Potter?

Dicen los testigos que Harry sobrevolaba a baja altura y zigzagueaba sin control, que probablemente venía en estado de ebriedad, incluso hay versiones que indican que se acariciaba animosamente con Hermione mientras echaba carreritas con varios compañeros de Hogwarts. El chiste es que la Nimbus 2000, tripulada por el célebre adolescente, terminó impactándose contra una jardinera, por fortuna, sin pérdida de vidas humanas qué lamentar.

En su primer declaración, el aprendiz de mago se notó nervioso, “Yo no choqué, me chocaron”, manifestó. Su versión es que fue víctima de un hechizo mientras paseaba en sus vacaciones por el DF, que le aplicaron un Bacardium Vomitosa desde tierra, razón por la que tuvo que hacer un aterrizaje descuidado, golpeando así el matorral.

Indicó también que, al perder el control, sintió que la varita se le fruncía.

Fuentes extraoficiales señalan que amenazó con mover sus influencias para que el hecho pasara inadvertido, pues al parecer lleva amistad con Lord Voldemort, muy cercano a las altas esferas de la PGR.

En fin, que el accidente quedará en mera anécdota. El señor Potter se libró de El Torito en esta ocasión, pero algunas preguntas permanecen sin respuesta: ¿Hasta cuándo permitirán las autoridades los excesos de magos adolescentes? ¿Será que los personajes ficticios tienen preferencia? ¿No es peligroso mezclar magia y alcohol?