sábado, 22 de enero de 2011

Por ahí se va la pipí de monje

Mientras las monjitas hacen rompope, los monjes hacen honores a los sacrosantos menesteres de los hombres, que por más castos y puros, tienen que hacer pipí. Resultado: Todos los monasterios, conventos y desiertos (así llamados en México algunos retiros espirituales de hombres de fe) tienen estas canaletas que sirven de desagüe. Este es el Ex Convento del Desierto de los Leones.

En esta imagen, medianamente poética y bucólica, se puede respirar la paz del recinto religioso a pesar de que no hay cruces ni altares ni santos ni imágenes. Es solamente el campo con un empedrado que limita el cauce de un riachuelo que servía, hasta hace 150 años, como “liberación de los pecados de la vejiga”, por decirlo de alguna manera. Árboles circundantes, una franja de pintura blanca al pie de los mismos y que parece santificar el escenario, hojarasca que recubre el empastado derredor… ¿qué mejor lugar para “sanar el cuerpo”?

Probablemente suene sacrílego al hablar de esto, pero al tomar la foto imaginé que pocos repararían en la parte más mundana de la escena, es decir, que es más fácil clavarse en la textura y dejar de lado las necesidades básicas de un monje, que primeramente es ser humano.

En fin, es una disertación cualquiera.

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