jueves, 22 de diciembre de 2011

Lo silenciaron...

 


La situación es tan delicada que ni los maniquíes se salvan. A éste lo llamaremos Pedro para proteger a los inocentes.
Resulta que Pedro trabaja en uno de los puestos del tianguis clandestino de la avenida San Cosme, donde diario se pueden ver disputas por el control del modelaje de chamarras “Versache”, playeras “Andoencombie” y jerseys “Fuma”. La situación es tan caliente que todos los días hay levantones, pues nadie se atreve a dejar su mercancía en el puesto durante la noche.
La cosa es que Pedro, de cuerpo atlético, piel apiñonada, nariz respingada y labios botox-free (su plástico es natural), fue generando envidias entre las botargas, medios maniquíes y simples bustos alrededor, en especial durante verano, pues la prendas pegadas le sientan tan bien que los caminantes se imaginan vistiéndolas, sin importar que su forma sea más parecida a la de un aguacate gigante que a la de un figurín.
Nadie sabe nada, pero de viernes para sábado, Pedro fue encontrado en el suelo y con un tiro de gracia. No había letreros de ninguna mafia ni signos de tortura, pero desde entonces Pedro luce un tremendo agujero a la altura de la sien y diversos raspones que dejan ver la resina plástica de la que está hecho, marcas de por vida que le restan atractivo.
Probablemente esté amenazado, pues no ha querido declarar ni emitir palabra desde entonces. Un silenciado más; qué situación, qué situación…

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