Que me descuido y ¡madres! Me salió esta foto rara; me encanta porque no tengo peregrina idea de lo que quise fotografiar, pero sí sé lo que tomé: Tequila. Si el agave provoca esto, entonces lo seguiré ingiriendo sin medida.
Me encantan los cielos abiertos y las tomas en perspectiva, especialmente las edificaciones, cimientos y torres de metal que pregonan que algo va a ser construido en breve. Ese día viajaba en San Luis Potosí con mi novia en un taxi, me acuerdo, lo que no me queda claro es dónde ni cómo ni cuándo… Esto es lo maravilloso; simplemente tengo la imagen más en mi cabeza que en un archivo del celular y me mueve un shingo; siento como que fue un día que no me dejé ser yo, es decir, que me solté todito, por eso la foto salió tan extraña.
Quiero mencionar dos cosas: En primera, el “aceite” que se ve abajo a la mitad de la foto, lo que indica que NO SOY FOTÓGRAFO, y lo segundo es que… ¿qué chingados se atravesó entre el faro, los postes de luz y el sol? Ya sé que fue un avión de propulsión, pero lo más weirdo es que no lo notamos hasta que lo vimos en la pantalla de la computadora.
¿Será que las cosas más maravillosas de la vida se apresentan sin avisar y sin explicación?
La pic está rarísima pero estuvo más raro ver esa línea de nube (?) con ese objeto volador plateado que se movía de forma inusual en el cielo. Creo que sí deberíamos de hacer junta porque sin duda Maussan nos las compra y nos volvemos millonarios, tu para armar tu banda de música norteña y yo para comprarme mi granja en Wisconsin. Besucos!
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