domingo, 20 de marzo de 2011

Encuentra al pájaro lider

Estaba yo a la entrada del aeropuerto de “Salti’o C’ahuila”, eran pasadas las seis de la tarde y los árboles aledaños se llenaron de estos pájaros. Quizás por el ruido y las ondas de los aviones, los desorientados avechuchos comenzaron su ritual de vuelo vespertino, sin embargo, algo andaba mal…

El desorden era evidente; difícil localizar al “Líder Negro” porque aquello era sólo una sombra oscura traslúcida parecida a sesión plenaria en la Cámara de Diputados: Cada uno jalaba para donde se le daba la gana. Ahí estaba el pajarillo “Manlio Flavio Beltrones”, con su arenga tramposa y zalamera sin resultados; mientras el “Fernández Noroña” agitaba las alas y picoteaba a toda la parvada. Un pequeño y perdido “Gustavo Madero” pasaba desapercibido.

Lo único evidente era la masa de animales que se tendía en el cielo, ¿será que así perciben algunos a México, como un conjunto de seres humanos sin rumbo ni guía que parecen moverse, existencias que se cansan agitando las alas a medio vuelo para llegar a ningún lado y volver, agotadas, a la misma rama de la que salieron?

Como me aterró la idea, volví al origen. Lo que presenciaba era una parvada que en el aire generaba una estética peculiar al contrapuntear con el azul de la hora cero de la tarde, es decir, cuando el sol se va y la luz artificial no sirve para nada.

¿Qué será de nosotros, pobres pájaros, si es que nomás servimos para embellecer la escena?

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