lunes, 30 de mayo de 2011

No trae verificación...


Uno sale a las tres de la mañana por agua al OXXO y de inmediato brinca la patrulla, con su habitual “Vehículo negro oscuro, oríllese a la orilla”, para ensartarte por no traer verificación, pero… ¿quién le dice algo a este Airbus A-380? A leguas se ve que está quemando aceite.
La verificación es una monserga y una injusticia infame: Ahí vamos como tarugos a pagar para una calca en el auto nuevo, recién salido de agencia, y de regreso nos topamos con 79 camiones del SPF (Servicio Público Federal) que sueltan más porquería por el escape que una chimenea de tequilera, a las que también tendrían que verificar.
Pero volviendo a la imagen; me gusta imaginar que detrás de una nube se esconde una patrulla ecológica –no las estoy inventando, hace años existían y multaban hasta a los camiones de pasajeros que arrojaban mierda al aire- que, al notar la alta emisión de IMECAS del aeroplano, prende su sirena con el típico “Tu-wow” y le sorraja una papeleta al piloto, a pagarse en los siguientes cinco días hábiles si se quiere aprovechar el descuento amigo del 50 por ciento.
No habría discusión porque la aerolínea está obligada a respetar horarios; tampoco “mordida”, ¿cómo se baja el “chofer” del Airbus a darle los 200 varos al poli mediante un choque casual de manos?
Estaba en eso cuando mi mente se pasó de lanza, ¿Y si le toca alcoholímetro al avioncito? ¿Y si da positivo el piloto? ¿Cómo se pide una grúa para un aparato de 190 toneladas? ¿Iríamos a para al Torito todos los pasajeros?
Y todo por treparse en un avión que no trae verificación.

martes, 24 de mayo de 2011

Bolsa de... ¿Valores?


Ahí estaba yo, en el piso 16 de Reforma 222, comportándome como turista de “La Risa en Vacaciones”. Tenía que sacar la forzosa foto de la avenida, namás que rapidito, porque los de seguridad del corporativo son como guarros de Luis Miguel y no dejan sacar la cámara.
En la imagen aparece el edificio de la Bolsa de Valores, entonces me pregunté… ¿de veras hay valores ahí, honestidad, lealtad, ética? ¿Será que ahí se reflexionan epistemas ontológicos, se presentan serias disertaciones filosóficas? No, creo que, tristemente, se trata de los otros “valores”, de los menos importantes.
Parece, a juzgar por el salvaje brillo emitido, que algo estaba pasando; imaginé que podía ser un mutante de X-Men jugando escondidillas, un rayo destructor de algún dios justiciero que no cree en el dinero, o bien, un corredor de bolsa transformándose en oro, su sueño de opio.
Pero lo que en realidad me gustó es que, gracias a un efecto visual, la edificación aledaña (el servilletero gigante) se nota traslúcida, parece estar desapareciendo  por la vergüenza de compartir la manzana con una instalación tan indigna como la mencionada, que más que bolsa es una “Bola” de valores.
Para tranquilidad de clavados como yo, una palma es la que adorna la glorieta, aunque estoy seguro de que los accionistas ya han pensado cambiarla por un enorme signo de pesos o la réplica en miniatura del hotel Burj Al Arab que les recuerde lo poderoso que es ese caballero, Don Dinero.

martes, 17 de mayo de 2011

Los burros son buen pedo


Me gustan los burros mucho antes de Chrek, que conste.
Tienen una mirada lánguida y tristona como si supieran que están confinados al trabajo, a pocas emociones y a una cantidad idiota de fuetazos sin sentido. Sin embargo, parecen entenderlo… y aceptarlo en función de la especie humana: ¿Qué sería de la vida sin jumentos, qué animal aceptaría, sin contrato laboral pasado por sindicato, la labor en la recua?
En la imagen, el burro parece inadvertir tanto el bridón que le cuelga -a pesar de estar pastando- como el árbol debajo de él en la perspectiva de la foto. Bestia dócil para domar, dócil para fotografiar, dócil para la reflexión del ser humano.
Mi novia y yo bajamos del auto, saludamos a “Chulo” (total, a él le vale cómo le llamemos) y disfrutamos su mansedumbre hasta que nos desconoció. Pateó. Reculó. Claro, a él le importaría una berenjena lo que tiempo después escribiría yo en este post.
Favor de notar que el animalito es tan chido que pasta en una pradera pelona, está masticando la idea de estar masticando, porque hierba, lo que se dice hierba, no hay, y los chamizos no se comen. Quizá sería justo que lo llevaran a retozar a los ranchos de Fox, las fincas de Sodi de la Tijera o los terrenitos del Niño Verde en Cancún. Sería cuestión de karma para estos políticos, pues es posible que, de existir la reencarnación, les toque en burro.

martes, 10 de mayo de 2011

Estergüei tu jeven


Dijeron que “para subir al cielo se necesita un poco de gracia”, pero nunca nos avisaron que era gracia divina. Acá, en una iglesia del DF y muy a la mexicana, se armaron su escalera pirata para llegar hasta los dioses sin tantas complicaciones, diezmos ni trámites burocráticos.
Este artefacto es a prueba de aerófobos, pues ningún alma terrenal tiene permitido llegar allá con el espíritu repleto de pecados. Es imposible treparla en estado etílico o post etílico, no hay puesto de chilaquilitos a medio camino; el ascenso se gana con la virtud y los impíos estamos condenados a vivir a ras de suelo.
Lo primero que tendría que calcular aquel que busque la salvación es si la escalerita resiste, porque si el chiste es llegar de madrazo –literal- a las inmediaciones celestiales, vaya y pase, pero ¿si el entramado se desmamona a media ascensión y el cuerpo resiste? El puritano que valiente intenta la salvación quedará en estado vegetal y no podrá entregar su alma al creador.
Los caminos de la fe son misteriosos. Unos purgan una vida tanto de abstinencia como de sacrificio, otros simplemente arman su empalizada y trepan de noche diablito de por medio. Quizá esta vía de purificación sea exclusiva de vendedores ambulantes, paracaidistas de suburbios e inmigrantes.
Dios los tenga en su Santa Gloria y no los deje caer en tentación… No los deje caer, simplemente.

martes, 3 de mayo de 2011

¿Crema depiladora? ¿Para qué?


Los vellos. Extraña fascinación para algunos, extrema incomodidad para otros.
Este ojón ejemplar de avestruz, digna representante del hembraje, presenta un atractivo pelambre alrededor de ojos, nariz, boca, cuello, esternocleidomastoideo y en el coco; efecto que parece enloquecer a los machos de la especie. Es una “hembra Alfa” que, a juzgar por su actitud, porta su pinta con soberbia. Sus ojos en el horizonte como diciendo “nadie me merece”, patas largas y bien torneadas, plumaje en gama de grises y rodillas que se doblan hacia atrás con una perfección de ingeniería que sólo la naturaleza ofrece –porque la foto no-.
¿Se han fijado que los avestruces parecen estar siempre de malas? Es parte de su seriedad coqueta; sus pestañotas engañan con un doble discurso tipo “no soy fácil, pero hazle el intento”. Paran el piquito como esperando un beso, sin embargo, la mayoría de los machos que se le apersonan se llevan una trompada y tres aleteos agresivos que los invitan amablemente a irse a la chingada.
Lo mejor de todo es que, en zoológicos como Zacango, en Toluca, estos animales se ganan el corazón de la gente porque, a diferencia de otros, salen a caminar sin tapujos. Los osos duermen todo el día, los felinos se esconden de la mirada del visitante, los chimpancés escupen y mean a discreción… pero los avestruces muestran su fealdad con orgullo. Mucho tendríamos que aprenderles.