miércoles, 30 de junio de 2010

La luna entre cuatro paredes

Muchos trovadores, librepensadores y amantes de la Nueva Torta Cubana han intentado aprisionar a la luna y los simbolismos que la acompañan; yo lo logré con una mugre foto de celular. Ahí está, pequeña, quietita y en medio de la nada, como coqueteándome a lo lejos e ignorando a ésos que le han declarado su bohemio amor.

Adorar a la luna es fácil en una comedia romántica del cine porque ahí se evitan los cables de Telmex y los tubos del boiler, sin embargo nosotros, los simples mortales, también podemos voltear para arriba a mirarla un rato porque ella pa’bajo no sabe mirar.

A mí la luna bonita y poética de calendarios me viene guanga, pero ésta me robó unos minutos debido a su discreto tamaño -me imaginé diciendo “¿Me da una luna talla 6?”-, a que el sol aún parece brillar todavía mientras atardece y a que yo no la estaba buscando, simplemente la encontré de la forma más pendeja mientras volteaba hacia arriba para asegurarme que no llovería ese día. Ahí estaba, pequeña, quietita y en medio de la nada.

¿Ven que siempre estamos fastidiando con aquello de “la otra cara de la luna” y metaforizando al respecto? Pues yo me quedo con este lado, el casual, el que no es pretencioso porque aparece entre cuatro paredes blancas y medio mugrientas.

Es la luna antes de maquillarse para el antro o la foto.


martes, 22 de junio de 2010

Noo, pos sí...

O sea… ¿cómo? Vaya, no es que yo necesite que un antro de música cubana esté abierto un martes a mediodía, pero el letrero es de lo más surreal, paradójico, kitch… Vaya, muy mexicano.

Es imposible dejar de notar que las letras parecen recién escritas con gis en el pizarrón, lo que le da un toque campechano y fresco al mensaje por demás extraño. Imagino al gerente del lugar marcándole en la mañana a Don Sebas, el responsable de intendencia, para que no se le olvidara anunciar puntualmente que el lugar, a leguas cerrado, oficialmente está abierto sin importar críticas e incongruencias. No sé porqué me viene a la mente el discurso de cualquier político, que ante la evidencia se aferra a la “versión oficial”: Abierto, pero cerrado.

La falta de paseantes sorprendidos añade dramatismo a la imagen; pareciera una désas metáforas de Buñuel en Los Olvidados o un freeze frame de La Ciencia del Sueño, de Michel Gondry, aunque la basura al lado del tanque de gas abandonado irresponsablemente a la derecha hacen evidente que es una colonia cualquiera del Distrito Federal.

Estoy seguro de que André Breton se habría hecho pipí de éxtasis ante esta manifestación pura de surrealismo abstracto, lo preocupante es que, de haber permanecido más tiempo el letrero, seguramente habríamos visto una fila enorme de señoras treintonas en minifalda y de mulatos con zapatos blancos de charol pidiendo acceso a un antro abierto, pero cerrado.

domingo, 13 de junio de 2010

"Ora, ¿pos qué tomé?"

Algunos gatos, al perder las primeras siete vidas, se quedan con ganas de otra. Éste, por ejemplo, parece haberse apoderado de la sala de su dueña después de muerto y verdadeDios que me sacó un pinche susto…

Me llamó la atención que tiene un ojo azul y otro amarillo –favor de ver con minuciosidad e imaginación la imagen-, por eso me acerqué a la ventana a fotografiarlo, pero cuando me sintió cerca, se largó. Preparé mi celular para la siguiente foto –que es por sí mismo un reto, dado que soy científicamente idiota para la tecnología- y esperé a que el felino apareciera debajo de la mesa, atrás del sofá, por la puerta de la cocina… ¡y el méndigo pegó el brinco al pretil interior de la ventana, justo frente a mí!

La foto se tomó sola porque apreté el dedo como reacción, pero en lugar de sonar click, como es usual, lo que se escuchó fue un muy mexicano ¡Ay, cabrón!

Unas horas después revelé el rollo (es decir, daunlodié el archivo) y descubrí que no nada más veo muertos, sino que los fotografío… y son mascotas. El gato, por su parte, no parece ni mínimamente (mininamente) preocupado, es más, tiene la misma mirada de gandalla que le he visto al franelero de mi colonia.

Muerto o no, la imagen de este gato (Pelusa, digamos) podría aparecer en cualquier sitio fake de Carlos Trejo o en el de Difíciiiil… De Creer.

martes, 8 de junio de 2010

Pesadilla de metal

Aquellos que sufrimos de pesadillas frecuentes no dejamos de despertar sudando –y es neto-, experimentar taquicardia, abrazar a la novia –recomiendo esto como pretexto- y… llegar a disfrutarlas. A la novia y a las pesadillas.

El monumento de esta foto es inofensivo a pleno sol, incluso “engalana” (verbo de viejitos) el frente del Palacio de Bellas Artes, pero con esta luz y desde este ángulo, es francamente espantoso. La imagen pudo haber sido una litografía de Doré, el ilustrador de La Divina Comedia, o un cuadro en el cuarto de TV de Freddy Krueger.

Chequen por favor la crín y dientes del caballo, así como la cabellera de la damisela que parece intentar domarlo, ¿no se imaginan que es una bestia maligna a la que de pronto están por crecerle patas de pollo y rostro de arpía? ¿Nooo? Pues yo sí; quizás sea el efecto de pensar pesadilla.

Según los especialistas en males del sueño, este tipo de alucines son la proyección de miedos profundos y traumas perrones que buscan imágenes sin carga emocional (Ortega y Gasset le llamó catexia a este fenómeno) para dotarlas de ella, lo que me queda claro, por lo pronto, es que tengo que dejar de cenar Gansitos con salsa Tabasco o no tomar fotos de monumentos en días nublados.

domingo, 6 de junio de 2010

"Mamá, Kiss my Butt!"

La señora madre de este pequeño chimpancé no parece estar muy contenta, pues el rebelde chamaco, en su primitivo lenguaje, debe estarle dedicando un “Mamá, Kiss my Butt!”

¿Será que todas las generaciones tienen algo de anarquistas y contraculturales? Será que los adolescentes y jóvenes tienen al nacer la consigna de romperle toda la… estructura al mundo estructurado?

El chimpancito, muy parecido a un conductor de microbús de mi barrio –y con la misma pericia vial-, es irreverente porque es su papel, porque las madres abnegadas mexicanas, aún entre primates, siguen el ejemplo telenovelero de Libertad Lamarque, Chachita y Angélica María. Ellas sufren en silencio, lloran por los rincones como La Muñeca Fea de Cri-Crí.

Mientras esto sucedía frente a la cámara en Africam Safari, zoológico poblano, papá chimpancé le quitaba las pulgas y piojos a uno de sus compinches. Esta imagen bien puede ser una metáfora de la clase media en cualquier país latinoamericano: El desobligado e inconsciente hijo se subleva sin necesidad ni objetivo, la aguantadora madre se hace la desentendida y el padre se emborracha con El Cochiloco, El Suavecito y El Mátalascallando, compadres del sindicato con los que “es obligación echar el trago para relajarse”.

Ah, eso sí, la madre no observa el trasero sucio de su chamaco… Ella tiene sus ojos en las crías de otra chimpanzona, que deja que su chimpancito beba agua sucia del estanque del zoológico, a leguas lleno de porquerías, pensando “Ay, no, algunas monas son taaan desobligadas…”.

viernes, 4 de junio de 2010

Qué bonito lunes...

Yo me pregunto, ¿quién se pone una peda de plomero vs. vulcanizador… un lunes a las 11 de la mañana? Hay solamente cuatro opciones: Un plomero, un vulcanizador, un catador de vinos que entra temprano a trabajar o un asistente de diputado.

En la foto podemos ver un auto caro y ostentoso, con lo que quedan eliminados los dos primeros; el catador escupiría en vez de vomitar… Entonces es, por eliminación, asistente de diputado.

Dos cosas me sorprenden en primera instancia: Primero, que todos los borrachos, por descuidados que seamos, siempre devolvemos los sagrados alimentos afuera del auto, ¡eeeeso es concentración! Lo segundo es el dedito índice del ebrio en cuestión, que parece estar firme y solemne a pesar del frasco y medio de Buchanan’s revuelto con leche y Choco-Milk ingerido por el travieso muchacho.

El autor de esta creativa obra pictórica podría haber vendido el auto en varios millones, pues la plasta expulsada formó una figura propia del impresionismo abstracto que ni Magritte ni Pollock serían capaces de igualar. Lo único malo es que estos artistas se pagaban sus materiales y sus pedas, mientras las de nuestros políticos son “gastos de representación” que se cubren con nuestros impuestos.

Ojalá en los despachos de nuestros representantes políticos también haya Alka-Seltzer o chilaquiles, porque se vería horrible una mancha de ron Potosí con su cococha en la Iniciativa de Reforma a la Ley de ¡Salud!

jueves, 3 de junio de 2010

La de Escher es copia pirata

De pronto en una foto espontánea de una escalera, la gente se alineó como en la célebre litografía Relativity, de Escher. Es cierto, faltaron extras caminando, pero es más fácil para Escher imaginarlos y plasmarlos, que para mí pedirle a los visitantes del Museo de la Marina que se acomoden. Tampoco me dio tiempo de poner un espejote en el techo para dar el efecto de la obra mencionada.

Cuando tome la foto imaginé por un momento –o intenté imaginar- lo que pensaría Escher… Qué viaje, y sin sicotrópicos ni chemo, que conste. A veces es chido suponer que existen realidades alternas que somos capaces de recrear en la mente, que lo “existente” y “real” no es un obstáculo para la imaginería del ser humano.

Estaba en esta reflexión cuando escuché a una señora decirle a su nuera (no estoy seguro del parentesco, pero parecían personajes de la Familia Burrón) “Íra man’ta, párate ahí y te saco la foto en la escalera de oro; vuélate un pedacito, jaja”.

Qué maravilla, pude pasar de la geometría esférica de Escher a la simetría cuadrada de nosotros, los simples mortales, en menos de dos segundos.

Quizás sea sumamente estúpido, pero lo último que pensé antes de dejar el lugar fue “¿a quién le tocará sacarle brillo a estos metales?” Imagínate que tu tía, dueña de esta casa hace 200 años, te dijera “M’ijito, ando medio cansada, ¿me ayudas a limpiar la escalera? Ahí te dejo el trapito y el Brasso”.

miércoles, 2 de junio de 2010

Le tira el perro...

No puede haber imagen más cliché entre canes: Una French “tirándole el perro” a un Bull Dog. Ella, en su decente e inocente naturaleza, ignora que su pretendido es pedorro, se lame el trasero a discreción y mueve su cuerpecito como hipopótamo con calambres.

Es una bella analogía de muchas relaciones entre seres humanos en las que ellas son delicadas, se perfuman y arreglan para nosotros ¿y qué obtienen? A un papanatas (perro u hombre) sin pudor ni estilo, una raza (de perro u hombre) que busca en la vida satisfactores inmediatos, como puede ser un pedo espontáneo, mismo que parece haberse tirado recién el can de la foto.

Si se fijan bien, notarán en la perrita una actitud coqueta casi frívola: Ella se recarga en la pared para mostrar una figura delineada y llamar la atención del prospecto, mientras él parece estar imaginando su plato de arroz con sobras del día anterior que su amo, amorosamente, le endilgará al volver a casa después de un paseo perruno no solicitado.

Una bella metáfora se desprende de esta foto, y es que si la French –que bien podríamos llamar “Cocotte”- no tuviera correa, seguramente la situación sería a la inversa: Ella huiría del mugroso y a leguas grosero perro, mientras él se acercaría con mucha animosidad a olisquearla con un ladrido que parecería decir “Shhhhh, ¿por qué tan sola, mamita?”