Las épocas decembrinas tienen un efecto emocional extraño en muchas personas… y en algunas botargas. La imagen es elocuente: Algo no está funcionando en la industria de los helados de yogurt, por lo que este personaje se encuentra al borde de la desesperación.
Se recarga en una pared, justo en la esquinita, como buscando refugio y apoyo; sus deditos nos hacen pensar que reflexiona, que busca en sus adentros la fuerza de la lactosa o la vuelta al origen: La Madre Vaca.
La escena es conmovedora, quizás llevar a cuestas una mezcla obscena de zarzamoras, duraznos y blueberries en un mar de yogurt no es lo que esta botarga esperaba de la vida, es posible que su deseo en la vida fuera ser El Filifanántico –mascota de los Phillies de Filadelfia-, el amoratado Barney o cuando menos un Doctor Simi.