jueves, 22 de diciembre de 2011

Lo silenciaron...

 


La situación es tan delicada que ni los maniquíes se salvan. A éste lo llamaremos Pedro para proteger a los inocentes.
Resulta que Pedro trabaja en uno de los puestos del tianguis clandestino de la avenida San Cosme, donde diario se pueden ver disputas por el control del modelaje de chamarras “Versache”, playeras “Andoencombie” y jerseys “Fuma”. La situación es tan caliente que todos los días hay levantones, pues nadie se atreve a dejar su mercancía en el puesto durante la noche.
La cosa es que Pedro, de cuerpo atlético, piel apiñonada, nariz respingada y labios botox-free (su plástico es natural), fue generando envidias entre las botargas, medios maniquíes y simples bustos alrededor, en especial durante verano, pues la prendas pegadas le sientan tan bien que los caminantes se imaginan vistiéndolas, sin importar que su forma sea más parecida a la de un aguacate gigante que a la de un figurín.
Nadie sabe nada, pero de viernes para sábado, Pedro fue encontrado en el suelo y con un tiro de gracia. No había letreros de ninguna mafia ni signos de tortura, pero desde entonces Pedro luce un tremendo agujero a la altura de la sien y diversos raspones que dejan ver la resina plástica de la que está hecho, marcas de por vida que le restan atractivo.
Probablemente esté amenazado, pues no ha querido declarar ni emitir palabra desde entonces. Un silenciado más; qué situación, qué situación…

jueves, 15 de diciembre de 2011

Atrapado sin salida


1.    Desayunas tacos de huevo con chorizo, chilorio y frijoles porque el día es largo y la comida en el parque de diversiones es carísima.
2.    Haces fila de cuatro horas y media a pleno sol; la sombrita queda justo al lado de la fila.
3.    ¡Llega tu turno! Te subes al carrito y una barra de metal de 48 kilos te presiona la boca del estómago mientras tus piernas se doblan en tres para entrar en el habitáculo.
4.    Te suben despaciiito, despacito para relajarte, luego de golpe te sueltan y todo tu sistema digestivo queda suspendido en punto A mientras el resto de tu cuerpo ya pasó por punto B, C y D.
Pregunta: ¿Quién no “gomita” en tan salvaje situación?
Los parques de diversiones pueden sustituir sin problema a los interrogadores de la PGR, pues invariablemente terminas con la espalda fregada, dolor de cabeza, las costillas flotantes incrustadas en el yeyuno, las piernas acalambradas, un temblor trepidatorio en las pupilas y con más moretones que bailarina de teibol. Eso sí, nos dejan una sonrisa entre idiota y placentera por varias semanas.
Pero el peor terror en un juego mecánico no lo provoca ni la velocidad ni la gravedad, sino notar que la chava de rosa del asiento de adelante cierra los ojos, se pone blanca y comienza a tener espasmos estomacales involuntarios mientras grita a su copiloto “¡creo que quiero guacareaaar!”
Atrapado sin salida.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Concreto vs. semilla


Y que le dice la casa a este árbol “quítate” y que le dice el árbol “no me quito” y que sigue la discusión y que la constructora saca la revolvedora y el árbol las raíces…
Perdón, mi relato inició como capítulo de “Infieles” en la “Confrontación”. Lo que yo quise decir –si presidentes y ex presidentes tienen voceros para corregir pendejadas, ¿por qué yo no?- es que, por fortuna, no todos los contratistas y arquitectos son canallas y viles con la naturaleza, todavía hay uno que otro que respeta.
Estas dos manifestaciones humanas conviven pared contra corteza en una colonia de suburbio y se ven retechulas; es la prueba de que “todo cabe en un terrenito, sabiéndolo acomodar”. No sé ustedes, pero yo sentí un ligero confort al ver cómo no nada más subsisten casa y planta, sino que se conjugan para dar una cara armónica al vecindario.
Ahora que, si nos ponemos Chapoy, podemos encontrarle ángulos fascinantes para el mitote a esta aparentemente sana convivencia: ¿No se colarán los moscos al cuarto del niño? ¿No se secarán las raíces por el contacto diario con el cemento? No vaya a ser que un malora se cuele por la ventana del baño del estudio…
Mientras en mi cabeza se dan todas las posibilidades de chisme, los habitantes del inmueble seguro están a gusto con este arbolote en forma de brócoli cubriendo parte de la fachada.

lunes, 28 de noviembre de 2011

"Hola, Ralph"


¿Quién no recuerda a Sam, el perro ovejero, y a Ralph, el coyote roba ovejas? OK, nadie, porque son de una caricatura viejísima, pero este perro me hizo recordarlos.
Ahí estaba Shazam –también su nombre es arcaico-, custodiando los autos en la pensión hasta donde su pelambre se lo permite. Pasó un gato frente a él y no hubo reacción, tampoco se movió cuando una pelota de goma pasó botando… “Vaya guardia”, pensé, pero en ese momento quité la alarma de mi auto y el condenado perro soltó un ladrido intimidante como grito de vendedor de máscaras de luchador en Chapultepec.
Me quedé quietito por precaución (con sabor a cobardía) y la bestia se acercó, me olisqueó y, como no huelo a oveja ni a Tsuru II sin alarma, nomás me inclinó la cabeza para que lo acariciara. Después de tres minutos de arrumacos de mi parte su ego estaba lleno, y aunque mi mano aún conserva su hedor a jerga asoleada, le guardo estima a Shazam.
Sigo preguntándome… ¿cómo demonios hacen estos animales para ver el plato del que comen? ¿Cómo conciben un sueño fresco en verano con ese pelambre de vocalista de banda de ska? Y la más importante: ¿Por qué Ralph, el coyote, no se robaba a las ovejas después de las seis, cuando terminaba el turno de Sam?
Como dice Juan José Millás, “Todo son preguntas”.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿Y "Alicia"?


¿Qué cuernos con esta puertita?
Cita con cliente en megaedificio hiperyeyé, nos toca estacionar en el sótano 9, muy cerca del centro de la tierra. Se me ocurrió curiosear por un pasillo extrañamente blanco de piso a techo, y al pasar un quicio disparejo estaba esta entrada roja tipo “Alicia en el país de las Maravillas”. Mi socio y yo buscamos la galleta con el letrero de “Cómeme” o el frasquito con el de “Bébeme”, mínimo un conejo estresado o un wey de sombrero hipster. Nada.
Esperamos unos minutos para ver si de la puertita salía Frodo, el gato Chester o Salinas de Gortari, mas lo único que conseguimos fue esta foto en un contexto desértico, frío como cualquier edificación posmoderna.
¿Qué destino tiene el diminuto pórtico de la imagen? ¿Facilitará el acceso a la aldea pitufa, a la tierra de Narnia, o es la bodega de intendencia, custodiada celosamente por Benito Bodoque?
Se me ocurrió que las cosas pequeñas pueden ser sorprendentes y peligrosas: Un detonador atómico, un extracto de fragancia virgen, un voto no pensado… o una puertita freak en el sótano 9 de uno de tantos complejos corporativos. Lo que es seguro es que, si vuelvo a pasar por ahí y la puerta no existe, mi siguiente post será desde  el hospital siquiátrico Fray Bernardino.

lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Es un sueño?


A eso de las 22:30 de un viernes, los pasillos en el Tec de Monterrey campus Ciudad de México comienzan a transformarse. Es como si los dioses los fotochopearan para dotarlos de una personalidad menos seria y protocolaria más parecida a secuencia de Dark City o de Matrix, según se prefiera.
El día que tomé esta foto traía en mi organismo varios paracetamoles, un Bufferin y dos aspirinas –estaba enfermo, todavía no soy tan atascado-, por eso comencé a sentirme groovy y neoyeyé, “Uuuyyy, esto está bien locoote”, creo haber dicho para mis adentros. Me imaginé caminando en la litografía “Relatividad”, de M.C. Escher, y una sabrosona sensación de ingravidez me colmó; fue como desprenderme de la parte racional de mi arquitectura mental para dejar que la “ilógica” se hiciera cargo de mi vida por unos instantes.
¿A quién no le gustaría pasearse un rato por las mentes raras de artistas como el mencionado, insertarse en un cuadro de Chagall, El Bosco, Tamara de Lempicka o Dalí? Sería un gran viaje que no exigiría estimulantes, enervantes, alucinógenos ni clembuterol.
Ya a medianoche se disipó el efecto de la farmacia que traía cargando y entonces sí sufrí: Me encontré en mi cama viendo “Sábado Gigante” con Don Francisco y comiendo galletas con leche.
¿No sería posible regresar al pasillo un ratito más? Prometo no divagar.

sábado, 22 de octubre de 2011

"¿Quién fue el marrano...?"


Al circular por la carretera, podemos ignorar la centena de tráilers que nos rebasan a 380 km/h; también nos son indiferentes los 65 Tsurus II blancos. Sólo notamos dos vehículos: Un Porsche –aunque sea verde perico-, y un camión de cerdos; el buqué es inconfundible.
Si reencarno en cerdo, lo primero que recordaré será el derecho que tengo a soltar mis gasificaciones sin pudor ni censura, ¿quién se va a poner exquisito? “Entre marranos no hay pedo”, bueno, los hay, pero nadie se sulfura. Imaginaré que sigo siendo hombre y que estoy con mis amigos viendo el futbol.
No me quise clavar en la suerte que seguirían los chanchos al llegar al rastro, no es lindo; pensé mejor en lo regocijante que sería revolcarse en lodo –también algunas damiselas lo hacen en shows y hasta les pagan-, comer sin medida y sin pensar en los demás de mi especie –esto lo hacen algunos diputados- y rondar por ahí, orgulloso de mi tremenda peste. Curioso, lo mismo he visto entre humanos en el Metro.
En fin, que encuentro impresionantes similitudes entre nosotros y ellos, pero la más notoria sigue siendo que, ni machos frente al clásico América-Chivas ni puercos en su traslado, dirán “¿Quién fue el marrano…?” cuando un hedor extraño enturbie el aire.

jueves, 6 de octubre de 2011

Nicho gacho


¿Pos qué intención tenía el artista al crear este nicho? Es lúgubre como oficina del IFE, juzgado civil o ministerio público.
Imaginen por favor la escena: Después de entrar al Ex Teresa Arte Actual, que es como una cripta medieval, uno se topa con los cuidadores, parecidos a “Zombie 24” y “Zombie 15” de Thriller; al entrar desaparece todo rayo de luz del sol y sólo es posible captar lo que alcanzan a iluminar siete diminutos reflectores, semejante a prender siete encendedores Bic.
En una pared lateral y de piso a techo se vislumbra este nicho, los pequeños garabatos invitan a cualquier chismoso como yo a acercarse. Dios. Apenas se puede leer el mensaje, que es “poesía tanática” semejante a rola de Marylin Manson, versos de “Las Flores del Mal” de Baudelaire o de Silent Hill.
Justo pasandito está una capilla abandonada con vitrales religiosos désos que ponen los huesos fríos; nada alrededor, ni siquiera un alma en pena con quién compartir la desolación… Sentí la necesidad de que me abrazara Jaime Maussan, Carlos Trejo o Facundo, que después del susto con la niña del panteón debe estar más calado que melón de tianguis.
Pensamos que ese escenario macabro terminaría al salir del lugar, pero tuvimos que caminar por la calle de Moneda al ladito de Palacio Nacional. Ahí, ahí sentimos verdadero terror, “Dioses, dejen a los demonios deambular, pero protéjannos de los funcionarios públicos y diputados”.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Échate unos escaloncitos...


Mi tía Chayo, sabia como todas las tías Chayos, alguna vez sentenció una frase reflexiva de una enorme profundidad ontológica: “De bajada, hasta las calabazas ruedan”. Ciertamente ella sabe de esto, lo supongo a partir de su cuerpecito de calabaza de Jalogüín.
Varios años después tuve la oportunidad de confirmar esa Verdad Absoluta, pues fuimos invitados a Jocotitlán, pueblito de Peña Niet… del Estado de México; el recorrido turístico de 15 minutos incluyó una trepada casi a rappel para conocer “El Cristo de Joco”, que es como el de Corcobado, pero versión llavero.
¿Ya vieron las escaleras? No es de Dios; fue necesario un tanque de oxígeno, siete cuerdas y dos guías himalayos para lograr el reto, lo peor es que, ya al pie del monumento y después de cinco “no vuelvo a fumar”, pasó muy fresco un samaritano en su vocho junto a nosotros y amablemente comentó “hay vereda para subir con el coche”.
Mientras gozábamos la panorámica del "bello pueblito" (o sea, mientras recuperábamos el aire), notamos que los 2,194,378 escalones tenían grafiteos de las bandas del barrio, manifestaciones culturales de alto contenido artístico. Algunos los llaman “pintarrajeos”.
Pregunta: ¿Cómo le hacen estos vatos para tener pulso y escribir su nombre después de un ascenso casi en vertical? De acuerdo, estoy exagerando, pero no es necesario un suplicio así, los pueblos civilizados usan funiculares.
Ya de bajada fue diferente, confirmé que “hasta las calabazas ruedan”.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Pie Grande es militar


En un desfile militar del 16 de septiembre se ven cosas raras…
Siempre pensé que Sasquatch, o sea, Pie Grande, era parte del imaginario colectivo para darle sentido a sus vidas, pero aquí está la prueba, ¡no nada más existe, sino que forma parte de la élite de contención de nuestro ejército! La verdad, me siento más protegido, ¿por qué no lo mandan a Ciudad Victoria a meterle un pinche susto a los narcos?
Pero algo no encajaba. El personaje mitológico que yo conocía no se ayudaba del antebrazo de un sardo para subir a un camión de la Sedena, tampoco posaba con las cuericarnosas que caminaban por las inmediaciones ni cargaba a sus sobrinos para la foto. Pie Grande no se deja fotografiar, huye de la gente y come ñúes.
Me clavé después en los rostros del resto del pelotón y del alma me salió un “Ay, wey, se parecen al ‘Sargento’ de El Infierno, la película del Cochiloco”.
Honor a quien honor merece: Muchos cabos rasos del ejército son honestos y hasta se revientan dos días de acuartelamiento para luego desfilar bajo el sol siete horas, mientras la familia les toma fotos.
Horror a quien horror merece: En el ejército no se pueden permitir hacer casting… y se nota. Tampoco ayuda su humor de tabasqueña perredista y asoleada (dicho por un amigo choco, que conste) ni su bajo sueldo por un trabajo desgastante.
En fin, que me quedo con la idea de que capté a un Sasquatch urbano, uno que metió sus pies de tamal en agua con sal después del desfile.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Arco iris en agua de jamaica


El arco iris se me había aparecido en una playa, en el parabrisas del auto –todavía no puedo explicármelo-, incluso en una bandera frente a un bar gay… ¿pero en una fuente de agua roja?
En la colonia Roma, cualquier excéntrico artista pudo haber traído agua del mismísimo Mar Rojo, pero no parecía ser el caso. Andaba de simple y nomás pensé que la señora de las quecas de la esquina tiró el sobrante de su vitrolero, agua de jamaica un tanto ácida, en donde mejor le pareció: La fuente. El sol pegó con un angulaje exacto y yo pasé sin querer en el momento ideal para tomar la foto.
A veces, sólo a veces, imagino que soy el único que presencia estas pequeñas cosas (de qué tamaño será mi egocentrismo), y es que eran las diez de la madrugada de un miércoles, momento en el que decenas de perros gustan de pasear a sus amos mientras los que no tienen mascota salen a exhibir su personalidad en un cafetín aledaño; y nadie parecía advertir que la fuente se estaba desangrando. Bueno, sólo uno: El teporocho del barrio, tipo alto, encorvado, de pies lastimados y mirada de “En este momento no me encuentro, por favor deja tu mensaje”.
En una última reflexión, porque el arco iris duró siete minutos, pensé que ese fenómeno natural era light, una “versión para smart phone” de los arco irises originales, que se ponen en el horizonte hasta que se les da la gana, como sindicato electricista en el zócalo.
Dejé el lugar medianamente alegre, pero con una pregunta que todavía me despierta a las tres de la madrugada con sudor en la pijama: ¿Deveras habrá sido agua de jamaica?

martes, 6 de septiembre de 2011

Viaje intergaláctico sin yerbita


Muchos necesitan vivir en una galaxia lejana y ser parte de una tropa rebelde para hacer un viaje en una nave espacial de asalto, yo nomás tuve que caminar por Reforma una tarde y mirar para arriba. Sin muva de por medio y sin golosinas alucinógenas.
Quise pensarme como un atractivo guerrero sideral apiñonado, sudado y con uniforme pegadito, pero mis capacidades estéticas me hicieron sentir más como Chewbacca. De cualquier modo, imaginé a partir de la foto que me encontraba en el puesto de mando y que mi misión era salvar al mundo por 18ava ocasión (4 de Will Smith, 3 de Bruce Willis, varias de Estar Guars y creo que hasta al perro Beethoven le tenemos que agradecer). Claro, había un archienemigo, y como la fantasía era mía, la dictadora del universo era Elba Esther o mi maestra de primaria, a la que sigo recordando por su rigor académico.
En eso supuse: “Si yo soy la única esperanza de la humanidad, comandante en jefe de esta nave y un corsario estelar respetado y temido… ¿por qué no detenerme unos minutos a disfrutar del escenario?”. El azul del fondo es francamente atractivo, me recordó algunas obras de Chagall o de Juan Gris, quizá hasta podría parecer la vista como una de las abstracciones pictóricas de Edmundo O’Gorman…
Un claxón sonó en las inmediaciones y me sentí apenado porque un general intergaláctico no se anda con “suavidades”, no camina plácidamente por una avenida ni se compra unas papas de carrito con harta Valentina.
En fin, que dejé mis sueños de libertador para otro día, tomé la foto y regresé a casa con la despensa que me encargó mi novia.

martes, 30 de agosto de 2011

Dios es Absout-o


Una tarde gris de agosto, absorto en mis pensamientos y rumiando mis reflexiones, pedí una señal al Cielo que me abriera los ojos, que me mostrara La Verdad tan clara como el cristal… y ésta llegó en forma de botella de Absolut y la imagen es la prueba milagrosa.
No es que el vodka sea el vórtice de vida, no. Pero ayuda. Ah, cómo ayuda.
Regurgité todas las frases de cantina que recordé: “Cualquier alegría que no provenga del alcohol es meramente ficticia”, “Busco mi lado espiritual, las bebidas espirituosas”, “El alcohol no es la solución… ¿y qué importa?”, “Vivir y beber son verbos complementarios”.
Después de un buen rato de divertimento, advertí lo una maravilla del chupe: Es el mejor transgresor de nosotros mismos, devela la parte oculta de la naturaleza humana, nos desinhibe de los pudores innecesarios... y cobra factura por uso desmesurado. ¿Han oído hablar de la cruda, el trascansancio, las endocalorías? ¿Sudor frío, promesas de “no lo vuelvo a hacer”?
El eros o “instinto de vida” y el tanatos o “pulsión de muerte” están presentes en cada trago, nos ayudan a equilibrar la vida. Alcohol es un término árabe que implica desambiguación, no es bueno ni malo, solamente facilita un estado mental-corporal-cómico-mágico-musical que está al alcance de cualquier persona de más de 18 años (oficialmente).
En fin, que embriagarse es un exceso humano, pero mi calcomanía en la ventana no le hace daño a nadie. Ni a mí; yo ni vodka tomo.

martes, 16 de agosto de 2011

¿Ladridos, o ronroneos?


Se supone que ésta sería una sencilla foto de Mateo, el gato de una vecina. Se me ocurrió tomarla desde abajo, perdí de vista lo que hacía la mascota y… Pos acá está, una imagen bizarra que lo hace parecerse a Cheshire, el de “Alicia en el País de las Maravillas”.
Claro, le falta su pijama morada y el amarillo bilis en los ojos.
Algunas personas desconfían de los felinos; entiendo que no es recomendable acercarse mucho a un tigre con hambre o a una pantera con sus cachorros, pero los que son como Mateo, domésticos y limpios, no son tan peligrosos. Quizá lo que le molesta a la mayor parte de la gente es que son independientes y prefieren ser mimados cuando ellos lo deciden, pero de ahí a decir que son volubles, traicioneros, misteriosos e ingratos…
Siempre he creído que la gente se inclina por los perros debido a que estos son más “nobles” –digo, ningún animal tiene conciencia, por tanto no pueden imponérseles calificativos de humano-. Muy por dentro considero que la mayoría de nosotros quisiéramos que nos vieran los demás como perros (nobles, amistosos, leales, confiables), pero la realidad es que tenemos y ocultamos lo más posible nuestra parte gato (convenencieros, temperamentales, soberbios).
En fin, dicen que los perros tienen amos, mientras los gatos tienen “personal de apoyo”. Me identifico más con estos últimos sin ignorar que su comportamiento es más dificultoso: No dan la patita, no traen el periódico, no obedecen tan dócilmente y no mueven la cola cuando están contentos, pero para equilibrar la balanza son más limpios, honestos, elegantes y cabrones.
Y son motivo de fotos surreales.

martes, 2 de agosto de 2011

Cielito lindo


No sé si le pase a todos, pero cuando me subo en un aeroplano me pongo laaacio, laaacio… Se me escurre el valor porque me acuerdo de un sueño impresionante que tuve -del que no hablaré sin alcohol de por medio- en el que cosas malas sucedían durante el vuelo.
Desde aquella noche, cada vez que tengo que treparme a un Airbus, Focker o Embraer, me pongo como si me hubiera agarrado el alcoholímetro; experimento “la temblorina”  y necesito que me soben las piernas con Bengué.
La solución llegó a mí de manera natural: Me concentré en las nubes y sus formas; en sus redondeces y voluptuosidades, en sus texturas lisas o aborregadas. Conste que sigo hablando de nubes.
Esta imagen fue posible gracias a que la sobrecargo en turno cooperó, es decir, me dio chance de dejar mi celular en “Modo viaje”, entonces me porté como todo nerd tecnologizado y saqué todas las fotos que me permitió la batería. Ésta en especial es linda para mí; muestra un techo nebuloso planchado por encima de unos cirros contrastantes. Al fondo, la luz del sol en punto de fuga, que allá abajo se vería como la hora cero en la que los focos no ayudan, pero la oscuridad está a cinco minutos de caer.
Cuando la grabación a bordo nos urgió a “levantar la mesita de servicio y poner en posición vertical el asiento”, yo me terminaba mi segundo whisky. Estaba más lacio que antes, más contemplativo. El aterrizaje fue agradable para mí a pesar de que caímos en una llanta y que la señora de atrás aplaudió; nada podía borrar de mi reflexión la belleza de esas nubes. Las de la foto.
Tocar tierra siempre es fortificante; ahora entiendo al Papa cuando besa el suelo.

martes, 26 de julio de 2011

"Aquí se respira el miedo"


Y que llego a Jalapa de noche y que me dicen “ya está listo su cuarto, señor. Se nos está yendo la luz, pero le dejo este quinqué por si las dudas”. Y que les digo “Siiií, siiií… esteee… ¿qué es un quinqué?”
Después de tres pasillos enredosos, apretados y oscuros como negociación del PRI, abrí la puerta del cuarto –el botones no quiso subir, se hizo wey- y de veras, sentí un pequeño “calosfrío”: Parecía escenario de Vacaciones del Terror” y me dio más miedo sentirme Pedrito Fernández.
Comenzaron los ruidos. Primero la tubería, luego el rechinido de una camioneta vieja en la calle, el aullido apenas audible de una gata querendona, el “clicki-clicki” de un desvencijado ventilador que seguramente refrescó en sus mejores épocas a algún virrey de la Nueva España… “Aquí se respira el miedo” (homenaje a José Ramón Sáenz, el de “La Mano Peluda”). Vaya, hasta mis propios ruidos conscientes me ponían tan nervioso como el Juay de Rito a López Dóriga.
Se dejó venir un friíto gacho que en nada ayudó, así que prendí la TV, sintonicé el canal de los infomerciales para no sentir nada y, de golpe, el apagón.
“Fuuuta”. Eso fue lo que dije, pensé y sentí.
El quinqué es un maldito aparato cuaternario que no tiene botón de “pagüer”, entonces “me vi obligado por el frío” (es decir, sentí un miedo asqueroso) a meterme a la cama de inmediato. Me tapé con la sábana, las dos cobijas, el cobertor, el buró, la mesita de centro y la cortina del baño, porque en la mente de un sacón como yo, entre más capas te cubren, más protegido estás.
Desperté con el trino de tres avechuchos en el pretil de mi ventana, el sol rozaba los linderos de mi habitación. Ya iluminada, parecía casa de abuelita de las que hacen pay de manzana y lo dejan en la ventana a que se enfríe.
Me sentí diferente, un gallardo caballero que afrontaría dragones y demonios, enemigos y hordas de invasores, es más, hasta pensé “que me traigan a Hacienda”. Por desgracia, ya me había comportado como nena y no se me olvida que hasta suspiré y dije “aijoesú” antes de dormir.
Devolví en recepción el quinqué y creo que dejé olvidada la dignidad en esa habitación.

martes, 28 de junio de 2011

El Munal Harrypotereado


No fue suficiente ver los colegios LaSalle en Satélite decorados a la Harry Potter, tampoco nos bastó con los variopintos videojuegos del famoso mago ni con las chavas vestidas de Hermione y sus papás –con cara de Hagrid- peleándose en Gandhi un ejemplar de “Harry Potter 77, cinco maguitos en Las Vegas”. Ahora el Munal también se viste de la saga.
“¿Casualidad, o destino?” (chale con mis referencias).
Esta imagen del Museo Nacional de Arte, en el DF, nos hace recordar el castillo de Hogwarts (que es como una UVM para magos) e imaginar que en su patio interior se lleva a cabo un juego de Quidditch (panbol “mientras vuelas”, como seleccionados del TRI) entre los vietnamitas de la prepa 9 y Perros Negros de Naucalpan.
Con eso de que Harry Potter presume más licencias para marcas que el Gobierno del Distrito Federal para mercados ambulantes, cualquiera podría pensar que este antiguo museo cayó en la tentación. Tranquiliza un poco saber que el recinto tiene más de cien años, por lo que no es precisamente producto de la mercadotecnia… A no ser que Porfirio Díaz, visionario dictador, haya pensado construir un edificio para la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas que con el tiempo fuera convertible en Wal*Mart, Sanborns o se vistiera de la casa Gryffindor.
En fin, que en cada recorrido con mi novia por el Munal, siento que los cuadros van a cobrar vida o las escaleras se van a mover. Dioses del Olimpo, les pido que me hagan completamente nerd, ratón de museo o adorador de la mercadotecnia, pero no me dejen a medias. Se siente gacho.

miércoles, 22 de junio de 2011

Perra camuflajeada de humano


Ésta es Pulgas, una perra amorosa, mimosa y acariciable… que nunca será modelo de la revista Glamour Canino. No se le puede calcular la alzada porque no se alza mucho, además, el pedigrí le tiene sin cuidado, ella centra más su atención en las papas que le ofrecen los visitantes y en los mimos que ella misma se procura al posicionarse justo debajo de cualquier mano desocupada.
En la imagen se puede apreciar su desenfado; por la mañana eligió un atuendo casual que me hizo recordar a la señora que sale por las tortillas a la una de la tarde con pants y crocs, pero lo mejor es su postura de gordito adolescente adicto a los videojuegos. Digamos que, en el momento captado, Pulgas parece estar utilizando una, sólo una neurona para no caer despanzurrada al lado del sofá.
Su cara es bella, una mezcla de modorra, pasguatez y franca inocencia, por eso todos caemos en su trampa. Es como el gato de Chrek, la maquivélica ternura de Laura Brozzo al abrazar a la novia dejada o la sonrisa de caramelo de Alejandro Encinas.
Ahora, la pregunta más importante dada la circunstancia es… ¿Por qué se camuflajea Pulgas? ¿Será que busca colarse a la recámara principal porque la cama es más mullida? ¿Estará planeando una táctica de asalto a la alacena? ¿Será simplemente “moda hipster"?
Jamás lo sabremos porque, aunque pudiera hablar, le daría tanta weva…

lunes, 13 de junio de 2011

¿Chimalpopoca era gay?


De pronto aparece en Reforma un Huey Tlatoani así, con el trasero de fuera, botas de Chopper del Club Harley y trepado en una réplica de la pirámide del sol con el escudo de Convergencia… ¿qué se hace sino tomar fotos?
Me pregunté si Chimalpopoca era gay y no me pude responder, mi sondeo de la historia precolombina no es tan profundo, lo que sí puedo imaginar es que los encendidos discursos de un emperador mexica no estaban flanqueados por conejitos rosa, vaqueros con calzones de Supermán ni por traviesos diablitos entregando condones como en la imagen.
Era nada menos que el Desfile por el Orgullo Lésbico Gay, una intensa manifestación de sonidos, emociones, colores, atuendos, albures y actitudes de un sector multicolor de la población. Los paseantes, fuera cual fuera su preferencia sexual, miraban con sorpresa los carros alegóricos de tipos rudos (es un decir) con atuendos de Niurka, naves de antros como Papi’s Bar, La Gayta o El Desdoble; o bien, el casi crucero transatlántico en el que se transportaba la representación de este “Guerrero Flamingo”.
Una de las imágenes que me sorprendieron fue la de Peña Nieto; en un principio, pensé que se trataría de una “oda a la belleza de Jimmy Neutron”, pero descubrí que los cartelones alrededor lo tachaban de represor, homofóbico, lamecazuelas comecuandohay –así decía mi tía Chayo-.
Ojalá este espectáculo no se pervierta con consignas políticas, porque deveras es maravilloso ver Lady Gagas, a los de YMCA, la imitadora de María Victoria, la de Paquita, la del Barrio y uno que otro Spiderman de traje en tonalidades “palo de rosa”.